"El mundo no se hizo en el tiempo, sino con el tiempo"

San Agustín

domingo, 21 de septiembre de 2014

hormigas, bajo las estrellas



hormigas, bajo las estrellas.


Un día me dijo: "Me gustaría ser una estrella brillante como las de ahí arriba".
-Pero... si tu ya eres la estrella que más brilla aquí abajo. -Le dije.
-¡Dejaté de tonterías!. Aquí solo brillo para ti. Allí brillaría para el Universo y el mundo entero podría
contemplar mi resplandor y mi belleza.
-Tu cabecita sigue tan llena de pájaros como cuando te conocí. Eres adorable, por eso me gustas. Lo
terrenal es muy poco para ti. Cada vez estoy más convencido, que viniste a La Tierra desde un planeta
lejano para alegrar mi existencia. Nunca te enfadas, siempre sonríes, me cuentas historias asombrosas de
tu imaginación viajera por los confines de las galaxias y me haces sentir un extraño en este mundo
simplón donde las neuronas del cerebro se sustituyen por un material amorfo, sintético, frío y tétrico
llamado "chip". Dime entonces, ¿por qué quieres que estos degenerados insensibles a su propio
pensamiento, contemplen tu resplandor y tu belleza ahí arriba?
-Muy sencillo. Es un poco egoísta por mi parte, pero es que, aún siendo como somos, los seres más
fuertes e inteligentes del planeta, me gustaría llamar la atención y no pasar desapercibida, ignorada por
los todopoderosos que nos observan desde arriba, como si fuéramos insignificantes "bichitos" a los que
se puede eliminar con un simple pisotón. ¡Y no me digas que no piensas lo mismo que yo!
-Visto así, no puedo negar que tu deseo es loable, exótico y hasta envidiable. No sé como lo haces, pero
siempre me convences. Ahora, también yo tendré que soñar con ser una estrella brillante, como las de ahí
arriba.
Dicho esto, nos miramos con ternura, subimos a una hoja seca al lado del río, la deslizamos hasta el agua,
y nos dispusimos a cruzarlo, junto a todo un ejército subido a miles de hojas secas que nos acompañaban
en busca de más comida para almacenar en nuestro nido... el invierno está próximo pero, a nosotras,
nunca nos faltará el alimento. Eso lo saben muy bien las estrellas.

Autor: aerystino